miércoles, 25 de julio de 2012

... Vida cotidiana en Berlin ...

Hoy se cumplen 2 meses desde que llegue a esta ciudad, ya me he hecho hueco en ella; conozco mi barrio como si llevase aquí un año, los parques, el comercio cotidiano, la gente, etc. Empieza a llegar ese momento en el que me saludo con gente que solo conozco de vista por vivir en el bario. Eso me gusta, me hace sentir más en mi casa.
Hasta ahora, además de conocer mi entorno, me he dedicado a conocer la ciudad; sus rincones, su gente,... pero lo hacía sin horario ni calendario, sin obligaciones laborales; es decir, sin crear una rutina en el fluir de los días. Pero eso va a cambiar.
El próximo mes empiezo a trabajar como profesor de un colegio de primaria, esto hará que mi vida diaria adquiera ese carácter cotidiano que me hace sentir que formo parte de la ciudad, como un ciudadano más y no como alguien que esta de paso. Me apetece sentirme así.
El pasado lunes regrese de viaje después de estar un par de semanas por España; la sensación era extraña, porque iba en el avión con gente que venía a Berlin de visita y yo no acababa de asimilar que lo que estaba haciendo es regresar a casa. Es la primera vez que regreso a casa saliendo de España y eso se hace raro. Llego a casa cambiando el chip del idioma, de la gente, de las horas de luz y de la carencia de persianas. Creo que eso es lo que genera en nosotros la añoranza de lo nuestro, la añoranza de nuestras raíces. Nunca me he sentido muy arraigado a mis orígenes, pero ahora entiendo la sensación que siente mucha gente que esta fuera de su país por obligación. Se hace raro, pero imagino que me acabaré acostumbrando.
Ahora, después de disfrutar de Berlín durante un periodo de novedad y toma de contacto, toca disfrutar de Berlin con cotidianidad; el café de cada mañana, y la pinta de cada tarde. A ver que tal se me da...